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Treinta...

 




Ha desaparecido el dolor, solo en la diestra se manifiesta el inusual síntoma de la rigidez que se muda a mi mano entre sórdidos espectros que dejan petrificado cada nervio.

Desde aquella primavera he dejado de escribir, inmerso en un tóxico desvelo lo increíble de forma brutal azota cada recuerdo.

Se resquebrajan en mi memoria uno a uno los saudades, puedo contar los giros de las aspas del ventilador viejo de techo que desgasta poco a poco el aroma de la soledad…

Al transcurrir veinticuatro siete sin poder dormir la sudoración es intensa, pocas horas para comenzar de nuevo, se requieren treinta sin respirar el humo del cigarro que se ha consumido en la mezcla de los paralelos al no existir retorno dentro de este laberinto.


...continuará


Por: Wily Hache®

21:21 pm

11 de julio de 2021



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