Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2019

La pared de la ilusión

En la pared de la ilusión traspapelado El sonido de las voces añejado Ha caído en la trampa de la imagen Sin lograr llegar los gritos al recuadro Cautivo en el baúl de la conciencia Empolvado en el sillón de la experiencia Desorbitada carcajada sin piedad Que consume, que arrincona, que construye Irreflexivo, propio de cada existencia Con reclamo, sin respuesta Incita a emprender la andanza Con palabras que sobreviven la mudanza En escenarios de la intimidad Paciencia, proclaman paciencia Arropando al miedo de arrebatos Que hoy sucumben al clamor En las sumas de felicidad… El contexto ideal que le socorre Horrísono alarido de recuerdos Excarcela los paisajes al marcharse Sin saber a donde, sin saber por qué En la pared de la ilusión Los viajes eternos sin observar la salida Se inmiscuyen poco a poco En la espera de un día más Con el alma intacta, con la vida… Por: Wily Hache® 20 de octubre de 2019 12:50 p.m. México

Para ti que has dicho adiós

Era la causa de aquella acción imperfecta Que convierte en pretérito a la fuerza  Sin aceptar la verdad.  Un globo enorme  Con el matiz de color El simbolismo para poder soltar  La paradoja del tiempo que no nos permite olvidar Aversión a la ruin egolatría  Los destellos de gerberas entre cardos Con la frialdad en el alma Con la ilusión del siguiente día Con la pasión que arrebata en la vida La conversación con el adiós  Con el más dulce licor  El azar ignorado del impar  Admirando la corola de la flor Atada a los recuerdos en memoria De la mano el recorrido del antaño Entre nieblas de parajes sin formar Que se abren al cerrar circunferencias Esporádico extravío una vez más  Se venera un aliciente  Con el tiempo que se queda con el adiós que se va Cuando la i

Insomnio

El incesante ruido del ventilador me arrojaba bruscamente al universo onírico. Puedo sentir como la temperatura desciende. Deseo tocar el suelo, recostarme bajo ese oscuro rincón y sentir como el fresco aroma del pasto acaricia mi cuerpo; descansar tan solo unos minutos.  A la espera, siempre bajo aquel árbol, no he dormido en uno o en mil días. Sin advertencia de lluvia, solo destellos entre el cielo, los deseos al por mayor que se imploran al iluminar mis ojos. El verle de nuevo es uno de ellos.  El cansancio me está venciendo, mi mente libra una batalla oculta entre el estado de vigilia y el sueño. Un espasmo me sorprende avisándome que duermo sin cerrar los ojos. La somnolencia está ganando la batalla, todo se paraliza, estoy vencido.  Escucho una voz, un temblor inusual sacude mi cuerpo. Me sitúo entre un recorrido de escenarios, estoy en mi cama nuevamente. Han transcurrido muchos años desde que partí.  Intento abrir los ojos, estoy en un auto, cuando de pro

Aferrarse

Aferrarse, puede ser el término. Debido a que los seres en el planeta se aferran a vivir, a luchar, a combatir diariamente por obtener algo que los haga sentir mejor o les otorgue la satisfacción plena en su corta o larga estancia sobre este orbe. Algunos, que no cuentan con la salud suficiente, se encuentran limitados en algún sentido o la situación desfavorable les agobia. Buscan las respuestas ante un ser supremo. Piden con vehemencia, casi al borde de la locura un poco más de vida, una oportunidad más. El sanar las cicatrices a pesar de que la herida fue provocada por sí mismo. En la necesidad de sobrevivir, piden segundos, minutos para no extinguirse, sabedores de que sus actos son la causa de su probable deceso. Aun así, en medio de la aflicción, la súplica por una segunda oportunidad aumenta exponencialmente.  Todos podemos cambiar, sin embargo, el esquema que nos plantea la vida en el círculo social donde nos desarrollamos es un impulsor predominante, más no determ

Las señales...

Aquel columpio en el parque, el árbol, la banca, un río, la casa de patio grande. Se han desvanecido ante la zozobra y la incredulidad. Porque siempre fui el primero en el postremo lugar, con escenarios entre oasis y remolinos de verdad.  Las esferas de cristal me retroceden en el tiempo una y dos mil veces más. Al ahogarme en el silencio, en cada grito, he cuestionado la señal. Retejiendo la enramada con enredaderas ufanas de veranos infinitos, de contiendas entre restas que disputan por el ser más. De seres en primera fila que denostan cada paso sin haber dado la mano, donde la hipocresía ha fungido como el actor principal.  El delirio perfecto del planeta donde habito, los estigmas en las alas que nos impiden volar. Ingrediente de la receta incompleta para sanar cada herida; la caricia de la flor, del dolor que da la espina. El detalle del nunca jamás al buscar mi alma perdida. Y sin embargo, en el amor, la amistad se mimetiza al sujetar la marioneta. Ha pereci

Nuestras raíces

¿Qué es lo que al ser humano le fortalece a cada día? Cada una de las raíces de este árbol se dirige a un distinto lugar de lo profundo, algunas encontrarán agua, otras quizás no, pensamientos individuales probablemente, pero la magnitud de la fuerza de su grandeza se reflejará en un fuerte y esplendoroso brío de sus brazos. Tal vez algunas raíces no encuentren lo que necesitan, pero el conjunto genera una belleza que trasciende con el paso de los años. Es verdad que si su dirección hierra jamás enderezara su camino hacia arriba. Pero tan cierto es que se requiere de ayuda para que se enderece y la misma vida lo hará fuerte. Por: WilyHache® 16 de Abril de 2019 17:25 p.m. México Saudades: 17 de agosto de 2016 #elpisonumero8

El artista

¿Cómo embellecer la oscuridad? Al inundar de desolación hasta el más inhóspito rincón fluyen con tinta de depresión sensibles palabras que allanan la puerta del corazón Letras moldeadas de soledad posiblemente el absurdo de las lágrimas de felicidad tonos de ocasos ritmos de pulsos que divergen en cada cruce con el faro que guía en lo profundo del mar Una pausa en el camino soliloquios que defienden el sueño que se pierde al despertar Cómplices, se ocultan al cerrar los ojos para intentar retornar Se embisten entre las heridas que han intentado sanar que resaltan los tonos de los matices al cubrir la espina pinceladas que surgen sin saber dónde están El entorno puede ser adverso Pero la naturaleza no se equivoca una obra de teatro donde todos participamos no existen vacantes, no se puede renunciar Tienes que vivir el papel que te toca interpretar El artista que nace de la insaciable sed de la búsqueda por la felicidad El que ha recorrido los pensamientos, el

Mis te amo

¿Cómo rodear un abrazo sin lacerar las alas rotas? Al revirar los pasos sin dar porque el miedo te ha vencido En el incansable buscar del reflector que ilumine cada tropezar Sin existir alguna piedra, sin claudicar te enfrentas a la reflexión Cuestiones frustradas que te arrojan a la sórdida oscuridad que se combate en el alma ¿Cómo escuchar el consejo sin estropear su acepción? En un viaje interminable que soslaya la mentira que sostiene a la verdad Se desprenden de un vacío enorme como la sed del espejismo Se revierten los cansancios, entre despojos sin pesar el malestar, entre espinas que lastiman socorriendo a la nostalgia sobreviven Insisten en reaparecer otra y una vez más entre las agonías del placer Hasta el segundo final con la inocencia de escudo; mis te amo… Por: WilyHache® 17 de Marzo de 2019 16:40 p.m. México #elpisonumero8

El aposento para soñar

Un baúl de los recuerdos que se cuelan como el viento, ilusiones que has sembrado al transcurrir el tiempo. Cubierta con una colcha, como tímida armadura de la infancia sin dejar. Con la puerta destrozada, iluminando la esquina, una esfera de luz que ahuyenta a cada sombra. Es donde todo comienza. Entre repisas, ocultos sin desempolvar, el botín de las batallas. Libros viejos, apuntes llenos de letras, borrones sin recordar. Lecturas que gritan léeme, de pastas viejas de tanto hojear, dibujos sin expresar en lienzos de luna, con el sol de girasoles, con las sabanas de los nublados. La memoria es testigo, pues se ha quedado esperando la respuesta de un mañana temprano de una tarde de olvido. De un hazlo con algún sentido. De un vive sin esperar. Frente a la cama; el closet de vestimentas, un espejo alimentado con el rostro de color, con la sensualidad, el ego de los fríos que atormentan el más puro pundonor. El reflejo de las cenizas del diario caminar al despertar o detener el paso p

El jardinero

Era una multitud de hojas la que rompía el silencio; los árboles son testigos del suceso. Quizás, existe un motivo para estar cerca de ti. Como un jardinero que abona la tierra para contemplar el florecer, las plantas sobre el pasto entre pálpitos del sublime verdecer. Sólo la delicadeza desde la semilla hasta el primer tallo es conocida por él. Así es el profesar del amor. Sólo el que siembra conoce el resultado cuando llega lo anhelado, que debemos mantener ya que no sólo es tener la flor sino aprender de cada espina. Sólo se observa la belleza externa olvidando los detalles de la creación que han formado nuestras manos. Sin embargo, no se comprende el sufrir en cada mañana por el frío, por la lluvia o el calor agonizante, quizás la niebla en lo sinuoso del camino que nos guía hasta el vergel donde se ha de cultivar. Tal vez con pobreza, sin calzados o sin alimento alguno que comer, pero todas las noches anida en el pensamiento el paisaje idílico donde reinará la flor. No dediques

El trasegar del alma

Incrustado en las paredes, se transporta en los aromas, vuelve en una y las mil formas el tormento del insomnio que gobierna en las ausencias. En el intento fallido de trasegar el alma obtengo la misma respuesta en cada noche que culmina, en cada sueño que se va, manifiesto de todo aquello que no podemos olvidar con el avanzar del tiempo. Cómo separar la vida que se adhiere hasta los huesos, cómo curar sin herir cuando sabes que a pesar de lo efímero del tiempo logran trascender las letras sin saber en qué momento y aun así se le entintan en papel. Que ironía de nuestra vida, te repites las nostalgias para recordar el vivir y las tienes que resentir para comprender las partidas que como enciclopedias de vida las apilas una a una como experiencia adquirida. Son vestigios, solo eso, un baúl que se ha guardado con el debido cuidado que solo al pasar de los años te dará como respuesta el para qué que tanto nos ha atormentado. Se han mantenido los restos que conservan las esencias de aqu

El piso número 8

Dormía, después de un largo viaje había llegado a mi destino. El piso número 8, ubicado antes del final del pasillo, donde pernoctaría por tiempo indefinido. Apresuradamente subí las escaleras, buscaba mi habitación. Abrí la puerta, al cruzar, inmediatamente cerré; un cristo grapado de un brazo se encontraba detrás. Atrajo mi atención debido a que estaba inclinado hacia mi derecha y sin la cruz. Frente a mí, ventanas sin sentir calor, un piso opaco sin limpiar, una cama cubierta con sabanas empolvadas. Aromas de un viejo lugar donde historias de más de seis lustros, fantasmas quizás, se habían ocultado entre la lobreguez de aquellas paredes. El ruido incesante del abrir y cerrar de aquel viejo ropero, me hacía huir de aquel profundo sueño después de guardar mi ropa. Aquella primera noche el calor del verano sofocaba los sentidos. Vientos alisios que se colaban por las ventanas aminoraban la temperatura del aposento. Era necesario el ducharse para combatir al enemigo. Al regresar

El miedo a vivir la vida

En el tejado, el sonido desgastado de la lluvia a cuenta gotas interrumpe bruscamente aquel eterno dormir. Me encontraba en la banca de aquel parque, donde el absurdo más grande al cruzar mi vida entera se presentaba ante mí. Las hojas te cubrían de sombras, el majestuoso árbol arrullado por el agua de aquel río. Un otoño en mi memoria, posiblemente me encontraba donde convergen cada una de las estaciones. La verdad, creo que era en primavera.  En medio de aquella postal —un susurro me gritaba —bésala. El temor más gigantesco se resquebraja en mi pecho, algo dentro de mí respondía —no puedo.  — ¿Por qué? — ¿Dime porque tengo miedo? —me cuestionaba en un profundo sueño. —Tienes miedo a vivir la vida —respondía.  Corría sin poder parar, siempre huyendo de la vitalidad sin temor a colisionar. Sin algo a donde poder asirme, una caída en picada, en un vuelo había perdido las alas. Solo correr por el sendero, sin saber en qué momento se desplomaría

Los días sin ti

En el calor de mi almohada, del invierno a primavera, sin lograr cerrar la puerta se cuela hasta llegar a un lado de mi alma a conversar; eres tú, que me huyes, que te escapas de mis manos en el desmedido intento de cobijarte entre mis brazos. Al resarcir en la vida has colocado en la balanza las nostalgias y alegrías, al no encontrar la salida se han ocultado en el armario a ver el tiempo pasar. He cruzado el portal de la reminiscencia a través de la ansiedad, las ventanas de murallas que interrumpen cada sol, que amedrentan a la luna estampándose en aquel viejo cristal. Imágenes que transitan en un mundo que no existe, pero que invocan día a día como ahora la esperanza del anhelo de aquel eterno buscar. ¿En dónde estás? Los días sin ti son el agobio que provoca las sonrisas sin estrellas en el cielo, la estela de aroma que se guarda en cada piel. Por favor dime cómo retorno a los mundos donde alguna vez te encontré, a cambio, te muestro cada segundo que habita en mi corazó

Los niveles de la vida

…en mis recuerdos, aquel compañero de viaje que ha cruzado el infinito. Soy un poco de todo en esta vida, en el mundo paralelo; escritor, poeta. Una buena conversación con la inteligencia que camina. Más que un farol que alumbra el camino, que un faro que te guía bajo neblina. Soy yo. El libre pensamiento que se ha plasmado en papel y que ha dejado nostalgias y alegrías. Gracias vida por este nuevo nivel… Por: WilyHache ® 10 de enero de 2019 11:00 a.m. NLD, México