Sin dejar huellas hundidas; no hay migajas que encontrar. Danza de gotas de lluvia, brillos de luna, flores de azahar.
La pasión que nos hace vibrar natural e insoslayable, plenitud llena de vida; el umbral tu cuerpo entero, la riqueza sensorial.
Como fantasmas en el ocaso del tiempo. Entre penumbras las figuras del silencio.
Se transportan las miradas, allanando con destellos fusionando los sollozos el aroma de la piel, las sonrisas, no hay palabras; un susurro.
Nos embiste en el suplicio un erizo en todo el cuerpo.
Logra sostenerse el alma, primordial deseo se consume frente a mí. Exorbitantes rodeos, te sigo, me persigues.
En la víspera de la puerta oscura, al cruzar desaprendes el andar sin tropezar, un pretérito imperfecto.
Incertidumbre que transita hasta quedar unido a ti.
Sudoración que navega y se expande entre dos cuerpos entrelazados desde la piel hasta los huesos; pócima ideal que alimenta al universo.
Los sentidos no gobiernan. Mitomanía insensata que me ata la conciencia. Entes que se contraen en un solo reflejo.
La cordura me desata. La verdad es absoluta; eres real, eres mi sueño, ya he probado tu existir.
Trémulas gotas de lluvia en la profundidad de la noche; son respiros.
Se ha mezclado tu alma en mí.
Luna y viento son testigos; cubren los rostros con aliento de suspiros.
Te has quedado cobijada entre mis brazos, te sumerges en el mundo de los sueños, no has huido, de la mano junto a mí.
Onírica locura que se queda entre mis manos; el aroma de la lobreguez de tu pelo, el grato sabor de tu piel, de tus labios.
La combinación perfecta que nos guiara al ocaso sin recordar, sin migajas que buscar en el transcurrir del tiempo.
Por: WilyHache ®
13 de octubre de 2018
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